miércoles, 20 de febrero de 2013

La conciencia, la mejor almohada

La conciencia, la mejor almohadaHecho el diagnóstico, monseñor Munilla ofreció la terapia: "A la fe en Jesucristo es importante añadir la virtud de la humildad. En efecto, todos tenemos que realizar un profundo examen de conciencia: ´El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra´. No sería justo limitarnos a hablar de la corrupción en tercera persona del plural, como si los corruptos fuesen siempre los demás: ´ellos´, ´los políticos´, ´los ciclistas´… Sinceramente, ¿somos nosotros honestos en nuestra relación con el dinero, a nuestro nivel y en nuestras circunstancias?".

Y evocando el ejemplo del mártir San Sebastián, quien perdió todo (el estatus social primero, la vida después) por fidelidad a Cristo, pidió al patrono "que nos ayude a educar y a escuchar nuestra conciencia, sin acallarla ni manipularla. La recta conciencia es la mejor almohada; mientras que la conciencia errónea y falsa es, a medio plazo -cuando no a corto plazo-, fuente de sufrimientos y de desequilibrios… ¡Dejémosle a Dios hablarnos a través de la voz de nuestra conciencia!".

Un mensaje de esperanza coherente con las primeras palabras de su sermón cuando recordó que "no hay mayor pobreza que la carencia de sentido en la propia existencia. El vacío interior -que acompaña a la falta de sentido- es el mayor enemigo de la felicidad del ser humano… Pero gracias a Dios, tenemos razones para la alegría porque tenemos razones para la esperanza. Y tenemos razones para la esperanza, porque mantenemos nuestra fe en Dios Padre que no solo no nos defrauda, sino que cuida de nosotros -¡de cada uno de nosotros!- en su providencia amorosa... ¡No estamos huérfanos!".

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