miércoles, 26 de diciembre de 2012

PADRE NORMAN WESLIN

PADRE NORMAN WESLIN † ARRESTADO -Descanse en Paz- DEFENDIÓ LA VIDA

Publicado el 11/11/2012 En Honor y Memoria del Padre NORMAN WESLIN Perseguido por el Gobierno de Estados Unidos de America por Manifestar su Fe Publicamente en favor de los inocentes, de la vida y la Familia. para leer su artículo especial entre a: http://wp.me/p2mJse-6f o visita Nuestro Sitio WEB Oficial:

domingo, 23 de diciembre de 2012

Cruz pesada

 

Cruz pesada

Un joven, ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando: "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada". El Señor, como siempre, acudió y le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras". El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor", dijo, e hizo lo que le había dicho. Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared. "Señor", susurró, "quisiera esa que está allá", dijo señalándola. Y el Señor contestó: "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".

Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas. Cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de la lluvia.

¡Ninguna cruz es pesada, cuando es Jesús quien te ayuda a cargarla!



domingo, 16 de diciembre de 2012

CARTA DE DIOS PARA TI CON VOZ



CARTA DE DIOS PARA TI CON VOZ

Ganzos en la nieve

Ganzos en la nieve

Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
Cuando creamos haber perdido el rumbo, volvamos los ojos a Él, que nos mostrarán el rumbo, que dará sentido a nuestra existencia.
Ganzos en la nieve
Las calles se comienzan a vestir de fiesta, el ambiente comienza a notarse diferente, los vendedores aprovechan las instancias del momento para mejorar sus precios, adornar sus tiendas, y claro, vender todo lo que puedan. Se acerca Navidad, para nosotros cristianos tiene un sentido y valor únicos, recordar y hacer presente ese momento histórico en donde Dios nos visita con un rostro humano; Él decide, por amor, hacerse hombre y compartir 33 años con nosotros. Su paso fue breve, pero marcó indiscutiblemente un parte aguas en nuestras vidas, nos trajo el mensaje de amor, paz, bien y perdón a todos los hombres; ojalá a partir de este tercer domingo de Adviento, nuestra carrera de preparación sea para el encuentro con Jesús, y que una vez más, nos esforcemos para darle a la Navidad el verdadero sentido.

Había una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades cristianas como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.

Una Nochebuena que estaba nevando, la mujer se disponía a llevar a sus hijos a la parroquia de la localidad agrícola donde vivían, le pidió al marido que los acompañara, pero se negó.

¡Qué tonterías! -argumentó- ¿Por qué Dios se iba a rebajar a la tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez! Los niños y la esposa se marcharon, y él se quedó en casa. Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve y decidió relajarse sentado ante la chimenea. Al cabo de un rato, oyó un golpazo en la ventana, luego oyó un segundo golpe fuerte; miró hacia afuera, pero no logró ver más que a unos pocos metros de distancia. Cuando amainó la nevada, se aventuró a salir para ver qué había golpeado la ventana, y encontró a dos gansos muertos y una bandada de gansos salvajes en su potrero.

Por lo visto, iban camino al sur para pasar el invierno y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve; perdidos, terminaron en aquella granja sin abrigo ni alimento.

Daban aletazos y volaban bajo, en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor sintió lástima por los gansos y quiso ayudarlos.
Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó- ahí estarán al abrigo y a salvo mientras pasa la tormenta.

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par; luego aguardó y observó con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto, pero no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. Ni siquiera se dieron cuenta de la existencia del granero y de lo que podía significar en esas circunstancias.

El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más. Entró a la casa y salió con algo de pan, lo fue partiendo en pedazos y dejando rastros hasta el establo; sin embargo, los gansos no entendieron.

El hombre empezó a sentir frustración; corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero, pero lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran. Por mucho que intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.

¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevasca?
Reflexionando unos instantes, cayó en la cuenta de que unas aves no seguirían a un ser humano. Si yo fuera uno de ellos, entonces sí podría salvarlos, pensó.

Seguidamente, se le ocurrió una idea: entró al establo, agarró a un ganso doméstico y lo llevó en brazos paseándolo entre sus congéneres salvajes; luego lo soltó, el ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo; una por una, las otras aves lo siguieron hasta que estuvieron todas a salvo.

El campesino se quedó en silencio por un momento mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes resonaban en su cabeza: "si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!"
Reflexionó luego en lo que había dicho a su mujer: "¿Por qué Dios iba a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!"

De pronto, todo empezó a cobrar sentido; entendió que eso era precisamente lo que Dios había hecho: nosotros éramos como aquellos gansos, estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino, y por consiguiente, salvarnos.

El agricultor comprendió el sentido de la Navidad y por qué Jesús había venido a la tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. De rodillas elevó su primera plegaria: "Gracias Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta".

Sí, Jesús vino a sacarnos de la tormenta, de la tormenta individual que muchas veces nos ciega, nos hace perder el camino de nuestra vida y nos lleva a la deriva. ¡Dejemos de dar vueltas sin sentido! Cuando creamos haber perdido el rumbo, volvamos los ojos a Él. Miremos el pesebre, miremos la cruz... ellos nos mostrarán el rumbo que dará sentido a nuestra existencia.

El gran poder de la virgen



El gran poder de la virgen

La oración del arriero

La oración del arriero El Indio Rómulo

El Milagro Eucarístico de México (una Hostia Sangrante)


El Milagro Eucarístico de México (una Hostia Sangrante)

sábado, 15 de diciembre de 2012

Salve Rociera

Salve Rociera


Orar para qué










Orar para qué. Llegar a ser quien Dios ha soñado que seas

Dios sueña. Nuestro buen Dios, cuyo rostro hemos conocido en la persona de Jesús de Nazareth, es Dios-que-sueña. Esto lo sabemos porque podemos contemplar, en Jesús, al soñador apasionado por el Reino de Dios, y Jesús mismo nos dice: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Jn 14, 8-9). Así que nuestro Padre Dios sueña con pasión.
Y tú eres parte del sueño de Dios. Dios te ha soñado y has sido llamado a la vida para llegar a ser quien Él sueña que seas.
Por eso, orar es entrar en su presencia, para estar con Él y en Él.
Oramos tomando conciencia de que habitamos en su amor soñador que nos hace vibrar y nos contagia para que soñemos también como sueña Jesús.
Oramos, porque hemos puesto nuestra confianza en el anhelo de Jesús.
Oramos porque Jesús confía en nosotros y nos invita a ser parte de su anhelo de amor y justicia, de nueva humanidad en todas partes.
  Oramos porque Jesús nos llama y nos invita a estar con Él.
  Oramos para estar con Jesús y sintonizar con su corazón soñador.
Oramos para indignarnos con lo que a Jesús indigna cuando exclama "Ay de vosotros..." contra quienes practican, en nombre de Dios, la hipocresía y el abuso (Mt 23, 14-36).
Oramos para actuar con valentía y como actúa Jesús cuando se enfrenta en el templo a quienes buscan sólo su propio beneficio a costa de lucrarse con la fe de los demás (Jn 2, 13-22).
Oramos para amar; con ese amor apasionado que siente Jesús hacia Dios. Ese amor que le hace soñar que sea Dios quien reine en la vida, aun por encima de sus gustos y deseos personales. Ese amor por el que puede exclamar primero "Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú." (Mt 26,39) y después, en medio de la más honda angustia y dolor, poder seguir gritando ¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?, esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?» (Mt 27, 46). Sólo por pasión es que Jesús pudo morir gritando: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» (Lc 23,46). El amor apasionado de Jesús le hace anhelar que Dios reine, lo mismo cuando hay serenidad y certezas que cuando hay dolor y confusión. Que Dios reine y sus deseos se cumplan en la historia, en todos y cada uno de los momentos más significativos de la vida humana... Desde el nacimiento hasta lo más misterioso de la muerte.
  Oramos para amar, con el amor apasionado de Jesús, a las personas, a la creación toda. En los gestos de Jesús descubrimos los gestos del Dios apasionado por la vida, por la libertad, por la justicia, por la fraternidad y por el amor hasta el límite. Jesús ama y pasa la vida haciendo el bien. Devuelve la vida a Lázaro (Jn 11, 1-44), al hijo de la viuda de Naím (Lc 7, 12ss); se desvive sirviendo y curando (Mc 6, 31ss), incluye en su vida a los marginados y rechazados (Lc 7, 36-40; 10,29-37; 15, 2) y consuela y anima sin cesar diciendo "no tengáis miedo" (Mt 10, 26).
Por eso también en Jesús tenemos el modelo para seguir en la vida: El modo de ser y relacionarse consigo mismo en libertad, de relacionarse con Dios en la plena confianza, de relacionarse con los demás en el amor fraterno y en la amistad generosa y el modo de relacionarse con la creación en la responsabilidad y la solidaridad.

El amor hacia los enemigos

El amor hacia los enemigos

Autor: María Cruz


En nuestra sociedad, amamos a los que nos aman;

hacemos el bien a quienes
nos lo hacen y prestamos a quienes sabemos nos lo van a

devolver. Una conducta muy razonada, que no compromete en
nada. Pero obrando así, ¿qué es
lo que nos distingue de los que no tienen fe?. Al cristiano

se le pide un "plus" en su vida: amar al prójimo, hacer el bien y
prestar sin esperar recompensa, pues eso es lo que hace Dios
con nosotros, que nos ama primero para que nosotros le
amemos.

Tenemos que adelantarnos a hacer el bien, para despertar

en el corazón de los otros sentimientos de perdón, de entrega,
de generosidad, paz y gozo; así nos vamos pareciendo al Padre
del cielo y vamos formando en la tierra la familia de los hijos.

Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón,

mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad
en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar.
Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se
compadezca de las necesidades de nuestros hermanos.

Te hice a tí

Te hice a tí


        En la calle vi a una niñita temblando de frío con un vestidito ligero, con poca esperanza de encontrar una comida decente.

Me enojé y le dije a Dios:

- "¿Por qué permites esto? ¿Por qué no haces algo para remediar esto?

Por un rato Dios no dijo nada y esa noche, El respondió de pronto diciendo:

- "Ya hice algo para remediarlo... Te hice a ti"

Muchas veces culpamos a Dios por todas las cosas que pasan, y le recriminamos que permite que pasen, y no pensamos en que realmente Dios confía en nosotros para hacer de este un mundo mejor.

Dios no nos anula, nos permite ser parte de su creación, demostrando al mismo tiempo que tenemos la capacidad para ayudar a los demás.

La próxima vez que veas una injusticia, no digas "Pobre!" o "¿Por qué Dios permite esto?", sino actúa, pues tu Fe se demuestra con tus actos según lo dice Santiago en una de sus cartas.

Vamos, demuestra a otros que Dios se acuerda de ellos... por medio de tí.

Las gafas de Dios

 

Las gafas de Dios


Dicen que un día llegó un hombre al cielo. Su sorpresa fue inmensa cuando descubrió que en la puerta del cielo no había nadie. San Pedro se había ido a alguna emergencia. Siguió avanzando el hombre y descubrió que en la pared estaba el anuncio de despedida de Dios. Se coló y también se dio cuenta de que en el despacho no estaba Dios. Miró todas las estanterías. Curioseó todo
lo que tenía Dios en su despacho. Se fijó largamente en que en la mesa del despacho había unas gafas. Se las puso y comprobó que a través de ellas veía el mundo y a cada hombre que vive en este planeta. Sintió gran curiosidad por saber algo de su socio, el que había trabajado codo con codo con él y se sospechaba que no era buena persona. Las gafas le hicieron descubrir la vida de su socio, sus negocios sucios, su infidelidad a su esposa y, sobre todo, que se había reído de él. En un momento no pudo contener la rabia, tomó la maceta que tenía al lado en la mesa de Dios y trató de tirársela a su socio a la cabeza.

Cuando estaba en el intento de usar violencia contra
aquel de quien tenía tantas sospechas, entró Dios. Le preguntó: “¿Qué haces?”. Le respondió: “Me he puesto tus gafas y no aguanto tanta maldad, tanto pecado”, Dios le miró con cariño y le dijo:

“Has cometido un gran error. Para mirar con esas gafas hay que ponerse antes mi corazón”.

CORAZÓN DE JESÚS enséñanos a mirar con tu corazón.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Esta palabra

Esta palabra, que irrumpe también hoy en nuestra vida por medio del profeta Baruc 5, 1-9, de Pablo (efesios 1, 3-6, 11-12) y de Juan el Bautista (de la mano del evangelista Lucas 3, 1-6), nos invita a la escucha y al profetismo, a ser lectores realistas y esperanzados de la historia, a intervenir en ella con la fuerza de esta misma palabra mediante la conversión personal y comunitaria (todos tenemos cosas en las que debemos cambiar), y mediante el mutuo perdón. No es profeta el que se proclama a sí mismo tal, sino el que se deja interpelar por la Palabra de Dios, la transmite sin compromisos, incluso cuando incomoda, deja que esa palabra le aclare la mirada para ver en nuestra atormentada historia los signos de la presencia de Dios, y sabe comunicar esperanza porque su voz se ha convertido en un eco de la Palabra que sigue viniendo. Sólo así, personalmente y en comunidad de discípulos (en Iglesia), seremos profetas de la reconciliación y el perdón que Dios derrama sobre nosotros. De este modo estaremos preparando la venida de Dios en la humanidad humilde de Jesucristo, en la que la divinidad se ha hecho cercana y accesible, de modo que “todos vean la salvación de Dios”.

sábado, 8 de diciembre de 2012

OLVIDA EL AYER...

 

 


Olvida el ayer

Autor:C. Torres Pastorino

"Recordar los malos ratos del pasado no aporta nada positivo al presente.
        ¿Por qué detenerse en el pasado si lo que importa es el futuro? El espejo retrovisor del automóvil te muestra el camino recorrido y sirve únicamente de aviso para ver los vehículos que te piden el paso y que podrían poner en peligro tu propio viaje.

RIQUEZA O POBREZA

RIQUEZA O POBREZA

Un día un padre de familia adinerado llevó a su hijo a un viaje con el firme propósito de mostrarle cuantas personas vivían de forma diferente a ellos, y que pobres eran algunas familias.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Necesito oración

Necesito oración
 
“Las nubes fueron oscureciendo el cielo; luego se levantó el viento y se desató una fuerte lluvia. Pero Acab se fue en su carro hacia Jezrel”. 1Reyes 18:45Habían pasado ya tres años y medio de total aridez y de pronto, se oscurecen las nubes, el viento se levanta, comienza a soplar y un tormentoso aguacero se desata.











 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Sobre fariseos

 

Sobre fariseos, potes, cazuelas de bronce, rubricas litúrgicas, vasos y gatos.

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Ron Rolheiser (Trad. Julia Hinojosa) - Lunes 10 de Septiembre del 2012
Hace algunos años participe en unos encuentros eclesiales en los que se debatía sobre las rúbricas litúrgicas. Hubo una acalorada discusión acerca de varios temas: ¿Debería la asamblea permanecer en pie o arrodillarse durante la plegaria eucarística? ¿Cual es la manera más respetuosa de recibir la comunión? ¿Se debería permitir a los laicos purificar el cáliz y la patena después de la comunión?

En un cierto momento una señora hizo una pía interpelación, invitándonos a preguntanos: ¿Qué haría Jesús? El presidente del encuentro, con la paciencia agotada ya por los desacuerdos de la sala, respondió irritado: “¡Jesús no tiene nada que decir en esto! Estamos hablando de normas litúrgicas.” Apenas acabó de decir eso, se dio cuenta de que algo de lo dicho no había sonado demasiado bien. Todos nos dimos cuenta de ello, y muchas veces hemos recordado la metida de pata de este buen hombre; pero siendo honestos, su observación recogía el sentimiento del 95% de la sala.

 Los tres niveles de Discipulado Cristiano

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Ron Rolheiser (Trad. Julia Hinojosa) - Lunes 17 de Septiembre del 2012
Nikos Kazantzakis sugirió una vez que hay tres clases de almas y tres clases de oración.
  • Soy un arco en tus manos, Señor, lánzame, no sea que me atrofie.
  • No me estires más, Señor, que me voy a romper.
  • Estírame más, Señor, ¡qué importa si me rompo!
Cuando observo la vida, yo también veo tres grandes luchas, no muy diferentes de las que tan poéticamente nombró Kazantzakis. Y cada una de ellas tiene un nivel correspondiente al del discipulado Cristiano. ¿Cuáles son esas grandes luchas y esos niveles de discipulado? Hay tres fases principales en nuestro camino humano y espiritual:
  • Discipulado Esencial - La lucha para mantener nuestras vidas cabales.
  • Discipulado Generativo - La lucha por entregar nuestras vidas
  • Discipulado Radical - La lucha por entregar nuestras muertes

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Tener la Respuesta Correcta No Es Suficiente

 

Tener la Respuesta Correcta No Es Suficiente


Ron Rolheiser (Trad. Julia Hinojosa) - Martes 25 de Septiembre del 2012
La verdad por sí sola no es suficiente. Debe estar equilibrada con las otras propiedades trascendentales de Dios: la unidad, la bondad y la belleza.
Puede sonar demasiado abstracto, pero lo que esto significa en concreto es que a veces podemos tener todas las respuestas correctas y aún así estar equivocados. ¿Cómo? Si actuamos en la verdad, ¿cómo podemos estar equivocados?
La primera trampa es la siguiente: Podemos estar actuando en la verdad y, de hecho, haciendo todas las cosas correctas, sin embargo nuestra energía puede ser errónea. T.S. Eliot dijo una vez: "La última tentación es la mayor traición. El hacer una buena acción por una razón equivocada." Podemos ver lo que está en juego al observar al hermano mayor del hijo pródigo. En la superficie nada le falta a su devoción hacia su padre.

La fuerza de voluntad no es suficiente

La fuerza de voluntad no es suficiente

Ron Rolheiser (Trad. Julia Hinojosa) - Lunes 08 de Octubre del 2012
John Shea, escribió un inquietante poema sobre Juan el Bautista. El poema comienza con el Bautista en la cárcel, al oír el baile por encima de su cabeza y sabiendo que esta a punto de morir decapitado. Extrañamente, no se siente demasiado molesto. Herodes está a punto de dar a la hija de Herodías la mitad de su reino y Juan presiente que por la negociación el mismo también podría morir, dado que él es sólo la mitad de un hombre. ¿Por qué se siente sólo la mitad de un hombre? Porque, como dice el poema, él es sólo un medio-profeta que sólo puede hacer un trabajo a medias. Así piensa el Bautista:
Puedo denunciar a un rey, sin embargo, no puedo entronizarlo.
Puedo quitar un ídolo de su poder, sin embargo, no puedo revelar el verdadero Dios.

martes, 4 de diciembre de 2012

DESDE LOS NECESITADOS

 
 
DESDE LOS NECESITADOS

Comenzamos este nuevo Adviento con un evangelio que nos invita a realizar un camino de esperanza. Hoy en día tenemos motivos suficientes en nuestra sociedad para oir fácilmente la angustia de las gentes, pero nuestra esperanza como cristianos va mucho más lejos que cualquier esperanza del mundo, no depende de la economía, ni de los avances cientificos, nuestra esperanza esta centrada en la liberación. Y debemos ser conscientes de que esta liberación únicamente puede venirnos de Jesús.
Como seglares debemos estar atentos a la llegada del que nos da la libertad plena. Desde nuestra experiencia personal de sentirnos liberados por Jesús, ayudemos a las personas más angustiadas y necesitadas de nuestro entorno, trabajo o familia a estar preparados para la venida de nuestro Señor, no sólo prestándoles nuestra ayuda en las cosas terrenales sino acercandoles a participar activamente, desde la oración y las celebraciones, de este camino de esperanza que hoy comenzamos y que sólo en Jesús tiene sentido.